Pese a que la región se posiciona como el principal exportador neto de alimentos del mundo, según un nuevo informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El estudio, basado en datos entre 2019 y 2023, evidencia que la informalidad afecta de manera desigual a las poblaciones rurales, impactando con mayor fuerza a mujeres, jóvenes y adultos mayores, grupos que concentran las mayores vulnerabilidades dentro del sector.
Y aunque América Latina aportó 15,5% de las exportaciones globales de alimentos entre 2020 y 2022, pero continúa arrastrando profundas brechas laborales en el campo. La OIT y la FAO advierten que estos niveles de informalidad permanecen “estructuralmente arraigados”, tanto en la región como en el resto del mundo.
El fenómeno no es exclusivo del continente: a escala global, uno de cada tres trabajadores informales está vinculado a la agricultura. La desigualdad es aún más marcada según el nivel de ingresos de los países: en las economías de menores ingresos, 62% de la fuerza laboral informal se dedica al sector agrícola, mientras que en las de altos ingresos la cifra se reduce a solo 9%.
Países con mayores y menores tasas
Según el informe Trabajo Decente e Informalidad en el Sector Agrícola de América Latina (2019-2023), Bolivia (98,5%), El Salvador (95,8%), Perú (94,5%) y Ecuador (92,9%) encabezan la lista de naciones con mayor informalidad agrícola.
En contraste, Costa Rica (46,7%), Chile (39,7%) y Uruguay (28,7%) registran los niveles más bajos de la región.
La OIT explica que estas diferencias responden principalmente a la estructura de los mercados laborales: donde predominan los trabajadores por cuenta propia y los familiares no remunerados, las tasas de informalidad tienden a ser mucho más altas.
Con información de Finanzas Digital
07/12/2025